Una oportunidad para reorganizar en el medio del caos
Una oportunidad para reorganizar en el medio del caos
Pocos se hubieran imaginado hace algunos años que tendríamos un escenario tan caótico como el que tenemos actualmente. Vivimos una época de radicalización política, tanto a nivel nacional como global, con la reaparición de posiciones conservadoras y autoritarias tanto en las costumbres como en las relaciones sociales. El poder se fragmentó; los viejos gremios políticos se perdieron su esencia; creció mucho la presión de los grandes grupos económicos, y también hay una mayor intervención de grupos que no eran tan presentes – Fuerzas Armadas, organizaciones religiosas, sectores del poder Judicial, empresas informativas e, inclusive, mercenarios. Asistimos a la desarticulación de los organismos de salud y pesquisa científica, a la falta de atención al medio ambiente, falta de protección de los derechos humanos y de grupos vulnerables. La acción política se concentró en los medios masivos de información, bombardeando narrativas oportunistas y noticias falsas (fake news), destrucción de reputación y la debilitación de las instituciones y de los principios básicos de convivencia y comprensión de la realidad. Un escenario convulsionado, nebuloso e impensable hace algunos años. Y, como si esto fuera poco, hoy en día coronado por la pandemia del Covid-19, con sus millones de muertos y la inconcebible apatía de los que podrían ejercer una acción efectiva.
El horizonte se presenta poco claro y en plena transformación. Un horizonte en el que la muerte está muy presente. En el caos hay destrucción. Y es lo que estamos viendo. Se abren brechas, se queman puentes, se rompen vínculos. se pierden muchas cosas. Por otro lado, el momento nos ofrece la posibilidad de realizar una profunda reformulación de las relaciones personales, sociales, económicas y de trabajo, para bien o para mal. Nos cuestionamos sobre qué es lo que debemos hacer frente a todo esto. Lo que nos cabe ahora, antes que nada, es buscar ver con serenidad y objetividad lo que (de hecho) está sucediendo. Y entonces esforzarnos por redefinir, reconstruir sobre otras bases lo que tengamos a nuestro alcance. Comenzando por nosotros mismos.
Estamos desde hace un año sufriendo los efectos de la pandemia y aún nos sentimos en el medio de un terremoto. Hay retrocesos que nos hacen lamentar muchas cosas, pero ellos tienen también la función de sacarnos de nuestra zona de confort relativo, de empujarnos hacia una actitud más activa. La depresión se cura con esperanza. Hay retrocesos, pero avanzamos – ambas cosas relacionadas constantemente. Muertes y nacimientos, desastres y oportunidades reales y preciosas de aprender. Hubo un aumento del abandono de animales durante esta pandemia, pero las carreras de galgos fueron prohibidas en Rio Grande do Sul. Hay negligencia y apatía en la dirección de la Salud de nuestro país. Pero tenemos un enorme grupo de profesionales de la salud con una dedicación y competencia que, talvez, representen el mejor ejemplo de lo que más necesitamos en este momento: compasión, mirar al otro, creer que podemos transformar, a pesar de estar rodeados de muerte, preocupación e indiferencia.
Ahora tenemos un camino a recorrer, repensando las relaciones, ajustando nuestra situación profesional y nuestra actitud personal y empresarial. En el medio de esta precariedad y falta de visión humanitaria – que desgraciadamente es tan evidente en nuestro país – tendremos que encontrar el mejor camino, definir nuestra acción más efectiva. Talvez esta sea la gran lección, la gran oportunidad. Aprender a festejar y agradecer por la oportunidad que ese momento tan inusitado y dramático nos está ofreciendo. Aprender, en medio de muertes y hospitales llenos