Centros de exámenes de laboratorio
Layout adecuado para agilizar la operación
Los exámenes complementarios representan una importante herramienta diagnóstica, y pueden ser realizados dentro o fuera de la estructura de una clínica u hospital veterinario. La diferenciación se hace cada vez más presente en el segmento veterinario, que desde hace tiempo cuenta con centros de diagnóstico especializados. Algunos son tan verticales en relación a sus servicios que realizan sólo exámenes de laboratorio o sólo exámenes de imagen. Dentro de este escenario, el laboratorio clínico se destaca por su menor inversión y alto lucro.
Cabe destacar que no existe ningún tipo de resolución del Consejo Federal de Medicina Veterinaria de Brasil (CFMV) o de los regionales, que hable específicamente de los laboratorios. El consejo de clase los ha clasificado como clínicas veterinarias. Esto se extiende a los pedidos de licencia de las vigilancias sanitarias municipales que, muchas veces, tienen dificultad para entender la ausencia de ciertos servicios y ambientes en este tipo de establecimiento. Así, no hay una nomenclatura estandarizada ni exigencias para cada uno de los posibles servicios ofrecidos. En función de esta situación, se suele llamar Unidad de diagnóstico al área interna de una clínica u hospital veterinario, y centro de diagnóstico a una unidad de negocios separada.
Otro tema importante es la obligación de que haya un laboratorio clínico en todo hospital veterinario, que debe tener equipos mínimos (Resolución CFMV nro 1.273 de 2019) como centrífuga para microhematocrito, refractómetro, glucosímetro, lactímetro, microscopio y tiras para análisis de orina. Está claro que estas exigencias no son suficientes como para ofrecer una atención de calidad al paciente. Muchas veces se mantienen esos equipos mínimos, y se utilizan laboratorios externos en caso necesario.
La primer consideración al montar un laboratorio clínico es elegir los servicios que serán ofrecidos, como hematología, orina, materia fecal, bioquímica, citología, dermatología, biología molecular, serología, líquidos cavitarios (pleural, pericárdico, abdominal y sinovial), patología y microbiología. Es a partir de la elección de estos servicios que se comenzará a configurar el lugar, que deberá poseer un espacio para cada especialidad y equipos específicos.
Tanto en el caso de una unidad de laboratorio como en el caso de un centro diagnóstico, se tiene la oportunidad de mostrar los servicios de «bastidores» al cliente, ya que permite que el tutor vea una estructura física con equipos especializados, lo que dará más credibilidad al proyecto. No se recomienda esconder el laboratorio al fondo de la edificación, y que el tutor no lo vea. Naturalmente que existen otros ambientes más importantes y que deben tener una ubicación de privilegio, es decir, más cerca de la entrada. En muchos casos, así siempre se puede adoptar una posición estratégica a través de la comunicación visual, que lleve al tutor hasta el lugar donde están los visores que permiten ver el laboratorio. Debemos recordar que la visita al laboratorio no es común para un tutor, pero la observación de un ambiente parecido a lo que puede ver en películas o series le dá una noción del valor del trabajo técnico que allí se realiza.
Pensando en las principales necesidades de un clínico veterinario, las actividades iniciales de un laboratorio clínico deben ser la hematología, la bioquímica y los exámenes de orina, lo que se conoce como un laboratorio convencional. En este tipo de laboratorio se pueden realizar, por ejemplo, hemogramas, exámenes de médula ósea, eritrosedimentación y pruebas de coagulación. Los exámenes bioquímicos que se realizan con mayor frecuencia son: glucosa, colesterol, triglicéridos, función hepática, función renal, función cardíaca, electrolitos etc. En cuanto al examen de orina, se suele medir pH, densidad, pre