La importancia del Término de Consentimiento
Documento importante para proteger juridicamente el profisional y el tutor
El Término de Consentimiento (TC) o autorización es un documento importante ya que tiene básicamente dos funciones: proteger jurídicamente ambas partes – tanto el profesional como el tutor; y servir como herramienta de comunicación entre ellos. Para que sea válido judicialmente y hasta preventivamente en relación a eventuales juicios, debe cumplir algunos requisitos que serán tratados en este artículo.
Existen pocas normas que especifiquen y detallen lo que se espera de una autorización, aunque su confección y contenido serán analizados en caso de un juicio. El proceso de obtención debe tener la identificación del individuo, debe constar su entendimiento por parte del mismo, y el documento debe ser firmado voluntariamente.
El primer requisito es la identificación del médico veterinario responsable, del tutor del animal – ya que así como el documento debe ser específico para un fin determinado, también debe limitar las partes y el paciente. Así, deberán existir elementos suficientes para individualizar a cada uno, como por ejemplo el nombre, el documento de identidad y la dirección, del profesional y del tutor. En el caso del animal, debe constar una descripción con su nombre, raza, edad, peso, pelaje y microchip, si lo tiene.
La comprensión es el elemento principal de una autorización y comienza con una buena comunicación. Se deben dejar claros los procedimientos que se van a realizar, los límites de actuación del profesional, los riesgos y beneficios, las posibles complicaciones y los costos, de forma tal que el tutor los entienda correctamente. El profesional que se comunica correctamente, no sólo hace una autorización adecuada, sino que también estrecha y mejora la relación con el tutor.
Esa relación debe ser cultivada con cuidado, ya que muchos trabajos muestran que una mala comunicación es la base para quejas de tutores que buscan reparaciones judiciales y administrativas. Es importante destacar que el veterinario debe dar toda la información sobre su trabajo profesional; una pobre comunicación puede llevar a que no cumpla su deber, que ya podría implicar en una reparación para con el tutor. Además, la falta de cuidado también puede ser clasificada como negligencia – donde el error médico se dá por omisión. De esta manera, una buena comunicación (y relación) con el tutor, da como resultado que disminuya la posibilidad de que pueda aparecer un juicio ético o civil por error médico o por falla en la información dada. Se dice que es un factor protectivo contra juicios.
Como su nombre lo dice, el término correcto es «registro por escrito de las aclaraciones verbales al tutor», que debe ser claro y tener la información suficiente que explique el procedimiento, su justificación, los objetivos esperados, los riesgos, los efectos colaterales, las posibles interferencias o complicaciones, los beneficios, la duración, los cuidados, los gastos previstos y cualquier otro punto específico que sea relevante para aclarar todo sobre el procedimiento, que además debe incluir otras opciones de tratamiento que estén disponibles.
El lenguaje usado para la confección de la autorización debe ser claro y estar de acuerdo con la formación del responsable, de forma tal que le permita entender su contenido. En caso de que haya algún término científico, este deberá ser aclarado enseguida (en el texto), en un lenguaje accesible. Para garantizar su comprensión, el documento puede tener espacios en blanco o alternativas para que el tutor del paciente complete o haga preguntas; así, en caso de que el documento sea