La prevención de accidentes no es un asunto que dependa de la buena voluntad de alguien o de la cooperación de las personas. Lo que los veterinarios y otros profesionales de apoyo aprenden sobre riesgos ocupacionales no está estandarizado, por lo que el responsable de una veterinaria tiene diferentes niveles de percepción del peligro, los riesgos, las leyes y la predisposición para asimilar las buenas prácticas – imprescindible para la salud, el equipo, los clientes, los pacientes y para el buen desempeño de la medicina veterinaria dentro de la sociedad.

En muchas situaciones los accidentes sufridos por los veterinarios (o técnicos) o aquellos que lo presenciaron durante su formación o en la actividad profesional son los que acaban llamando la atención sobre los riesgos y sus soluciones. Muchos accidentes podrían ser evitados si se utilizaran equipos de protección individual que cuestan muy poco.

La respuesta para poder encarar este tipo de desafío puede estar en el entrenamiento inicial y cursos, para acompañar y cumplir con las normas que contemplan como minimizar los riesgos, los incentivos y las correcciones de no conformidad, y en el deseo individual y colectivo de buscar una continua mejoría.

La percepción y el reconocimiento de los riesgos ocupacionales

En el tratado De Morbis Artificum Diatriba, publicado en latin en Italia alrededor del 1700 y escrito por Bernardino Ramazzini (1633-1714), ya se describían enfermedades de grupos específicos de trabajadores. En ese trabajo se relataron más de 50 profesiones con sus respectivas formas de encarar el diagnóstico y prevenir las enfermedades relacionadas con las mismas. Desde el punto de vista metodológico, Ramazzini analizaba: la descripción del oficio; la relevancia social del mismo y sus relaciones sociales; el proceso de trabajo; el ambiente de trabajo; la organización del trabajo; los riesgos y cargas a los que los trabajadores estaban expuestos; las enfermedades agudas y crónicas que afectaban a los trabajadores; la fisiopatología de esas enfermedades; la distribución epidemiológica; los tratamientos; la prevención; y las relaciones de los oficios con el medio ambiente.

Muchos de esos conceptos siguen vigentes hasta nuestros días. A lo largo de la historia ha persistido la idea de que las enfermedades provocadas por el trabajo debían ser identificadas, tratadas y compensadas, naturalmente a través de una consulta médica. En Brasil, debido a los avances tecnológicos y medios de investigación más sofisticados, se destaca la prevención y el abordaje multidisciplinario. El artículo 7 de la Constitución Federal Brasileña (1998) garantiza a los trabajadores urbanos y rurales: «la reducción de los riesgos inherentes al trabajo, a través de normas de salud, higiene y seguridad» -, un concepto apoyado e incentivado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Surgimiento y actualización de las normas reglamentarias en Brasil

Debido a que en la década de 1970 existía un gran número de accidentes de trabajo en Brasil, en el año 1978 se publicaron las normas que regulaban la Seguridad y la Medicina del Trabajo 6. Las normas de regulación (NR) son disposiciones complementarias a las leyes de trabajo, que contienen los derechos y deberes de los empleadores y empleados, con el objetivo de mejorar la seguridad ocupacional. Las actualizaciones más recientes se han producido desde 2019 y algunas exigencias comenzan a ser fiscalizadas a partir del 3 de enero de 202