Introducción

La cría de animales domésticos para comercialización es una antigua práctica que, por un lado, permite la perpetuación de razas puras, pero por otra parte puede no respetar las necesidades básicas de los animales, principalmente desde el punto de vista etológico, dependiendo de cómo se los mantiene, su manejo y su utilización. Por ser una actividad económica, permite también que aparezcan caniles clandestinos que no siguen las normas vigentes ni plantean estrategias para mantener niveles mínimos de bienestar de los animales. Según el Guía técnico para la construcción y mantenimiento de abrigos y caniles del Consejo Regional de Medicina Veterinaria de Paraná (CRMV-PR) 1, en Brasil, el buen funcionamiento de un abrigo y las condiciones de bienestar de los animales dependen directamente del médico veterinario. Las funciones del profesional están descriptas en el ítem 28 del manual de orientación y procedimientos del responsable técnico y en la Resolución Nro 1.069/14 del Consejo Federal de Medicina Veterinaria (CFMV), en los que constan las directrices generales de responsabilidad técnica en establecimientos comerciales de exposición, mantenimiento, higiene, estética y venta o donación de animales, así como también ofrece otro tipo de providencias 2.

El Art. 28 de la Ley Federal Nro 5.517/1968 y el Art. 1 de la Resolución Nro 683/2001 (CFMV) estipulan la obligación de que este tipo de instalaciones tengan un responsable técnico con formación en medicina veterinaria ocupando la dirección técnica del establecimiento, que debe ser formalizada mediante una Anotación de Responsabilidad Técnica. El artículo 27 de la Ley Federal Nro 5.517/1968 estipula la obligación de registro de los abrigos en el Consejo Regional de Medicina Veterinaria 3,4. El veterinario es responsable por orientar a los empleados en relación a las instalaciones y conservación de materiales y provisiones; la capacitación de los empleados en relación a las diferentes tareas, como limpieza general y destino correcto de las deyectas; del control de problemas sanitarios y diagnóstico de enfermedades, debiendo notificar a las autoridades sanitarias cuando sea necesario; y también está a cargo del responsable técnico (RT) mantener al día los protocolos de vacunación y desparasitación de los animales. Con la intensificación de denuncias y fiscalizaciones, el debate sobre la regularización o la prohibición de este tipo de criaderos se ha transformado en un tema frecuente en las cámaras de concejales y en las asambleas legislativas. Es fundamental el bien entender de lo que significa bienestar animal como base de las discusiones, para que los indicadores utilizados en las inspecciones y fiscalizaciones tengan un sustento teórico y técnico, estructurados bajo la óptica de la ciencia del bienestar animal. El diagnóstico precoz es fundamental para la identificación, inhibición y prevención del maltrato a los animales, aunque también para que las necesidades básicas, que en algunos casos no se cumplen, sean atendidas y respetadas. El presente trabajo tuvo como objetivo analizar diversos aspectos del bienestar de perros en criaderos comerciales, y hacer un estudio de un caso de fiscalización en un canil irregular.

Caniles de cría: bienestar animal y legislación

Según el diccionario de Cambridge un canil es un «lugar donde se alojan perros». De acuerdo a la Guía técnica para la construcción y mantenimiento de abrigos y caniles (CRMV- -PR) los caniles comerciales son establecimientos con fines de lucro que crían perros de determinadas características raciales con el objetivo principal de vender cachorros 1. La Sociedad Humana de los Estados Unidos (The Humane Society of the United States – HSUS) usa el término «fábricas de cachorros» (puppy mills) a las entidades comerciales de cría de perros que no cumplen con las necesidades físicas básicas, comportamentales y psicológicas de los animales, cuando mantienen los caniles llenos, sucios o en condiciones prejudiciales a la s